Domingo, 28 Abril 2013
Laura A. García G.
El Mundo de Córdoba
Sin previo aviso y acompañado con una escolta, el gobernador Javier
Duarte de Ochoa llegó a las 10:30 de la mañana al mercado Revolución
para desayunar un coctel de camarón al local de doña Lucha, “porque se
me antojó hacerlo en mi ciudad”.
Arribó en su camioneta blanca de donde descendió vestido con una
guayabera blanca y pantalón color miel, y como un cliente más, se
internó por los pasillos hasta llegar al negocio.
Al verlo, algunos locatarios se sorprendieron y se acercaron para
saludarlo. Algunos de inmediato le solicitaban la construcción de un
nuevo mercado, pero otros más, aunque eran pocos, demandaron sólo la
remodelación.
Se sentó en la ostionería y luego de saludar a doña Lucha Balderas,
propietaria del local, pidió un coctel. Junto a él se encontraba el
empresario Octavio Burguette Barradas.
De inmediato, locatarios y clientes se aglutinaron a su alrededor,
debido a que se empezó a correr la voz: “¡El Gobernador está aquí en el
mercado!, ¡Duarte está aquí!”.
Aunque no pudo terminar su desayuno, Duarte de Ochoa acompañado de los
locatarios efectuó un recorrido por algunos pasillos, encontrándose con
quienes habían acudido a realizar su mandado, unos se acercaron a
saludarlo. Otros más lo vieron de lejos y seguían trabajando.
Al lugar, también se presentó el alcalde Guillermo Rivas Díaz, quien le
dijo: “He llegado porque me enteré que estaba aquí”. Ambos rieron por lo
rápido que se corrió la voz en la ciudad.
Una vez que saludó de mano, recorrió y conoció las inquietudes de
locatarios de la planta baja del zoco, fue a las fondas en la parte
alta, y cada vez se sumaba más gente que le decía: “Queremos un mercado
nuevo”.
En el área de fondas, más de tres propietarias de establecimientos de
alimentos lo invitaron a pasar a sus locales y enseñaron la necesidad de
que se construya el zoco, “porque el cableado está muy deteriorado y el
techo descascarado”, ante lo que el mandatario respondió que sí, pero
“siempre que se pongan de acuerdo, porque hay disposición y los
recursos”.
Lo niños y algunas mujeres aprovecharon tomarse la foto y con cartulinas
hacerle saber: “Queremos un mercado nuevo”. Al descender por las
escaleras, algunos vendedores le regalaban quesos u otras mercancías.
Ya en la calle, una mujer llamo su atención porque gritó: “Haga el
mercado nuevo”, ante el asombro de muchos porque parecía un reclamo y
llamada de atención. A él le dio risa y dijo: “Esa es mi propuesta, hace
falta, pero ustedes deben ponerse de acuerdo”.
“Hace falta un mercado nuevo, que invite a la población a comprar aquí,
así como está no da para más, los que venden van a dejar de vender
cosas, los que ya no, perdón que lo diga en términos muy coloquiales, se
los va a llevar la fregada; necesitamos hacer algo y en este momento
tienen la disposición y hay los recursos, va a quedar bonito, sólo que
se pongan de acuerdo”.
Una vez que dialogó con los locatarios se despidió y abordó su
camioneta, a las 12:50 horas. Esta es la primera vez en muchos años que
un Gobernador visita el mercado y desayuna en este lugar, que lo invitó a
recordar su infancia, dijo.
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