18 de enero de 2016
Tatiana Martínez Caballero
Córdoba, Ver.- La contaminación y abandono que impera es una gran parte de la ribera del río San Antonio, habla del rescate urgente que requiere este afluente que atraviesa casi toda la ciudad.
Aunque autoridades y activistas ecológicos se han dado a la tarea de rescatar un tramo, el río abarca una extensión de 14 kilómetros en la urbe.
Su principal problemática es la descarga de drenaje de la ciudad y los residuos sólidos arrojados al afluente; tan sólo en la colonia México una de las más afectadas, hay asentadas decenas de familias a la ribera del río.
El río requiere construcción de los colectores marginales que son el eje del proyecto de limpieza del San Antonio, lo que permitirá sacar las aguas negras y canalizarlas al interior de la tierra.
En 2014 Hidrosistema de Córdoba presentó un proyecto de saneamiento del afluente y durante el año y a lo largo de 2015 realizó diversos trabajos, pero aún faltan varios kilómetros por ser saneados.
De las escenas que dan cuenta de la contaminación y abandono en que se ha mantenido por varios años es a la altura de una cancha de fútbol rápido, donde junto con los baños, podría convertirse en un nido de malandrines.
Córdoba, Ver.- La contaminación y abandono que impera es una gran parte de la ribera del río San Antonio, habla del rescate urgente que requiere este afluente que atraviesa casi toda la ciudad.
Aunque autoridades y activistas ecológicos se han dado a la tarea de rescatar un tramo, el río abarca una extensión de 14 kilómetros en la urbe.
Su principal problemática es la descarga de drenaje de la ciudad y los residuos sólidos arrojados al afluente; tan sólo en la colonia México una de las más afectadas, hay asentadas decenas de familias a la ribera del río.
El río requiere construcción de los colectores marginales que son el eje del proyecto de limpieza del San Antonio, lo que permitirá sacar las aguas negras y canalizarlas al interior de la tierra.
En 2014 Hidrosistema de Córdoba presentó un proyecto de saneamiento del afluente y durante el año y a lo largo de 2015 realizó diversos trabajos, pero aún faltan varios kilómetros por ser saneados.
De las escenas que dan cuenta de la contaminación y abandono en que se ha mantenido por varios años es a la altura de una cancha de fútbol rápido, donde junto con los baños, podría convertirse en un nido de malandrines.
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